Desde niña sabía dentro de mí que existía algo más grande que solo un cuerpo, que mi vida tenía un sentido y una misión por cumplir, y mucho tiempo creí que era ver y hacer por los demás sin mirarme y verme a mí. La vida es tan sabía que fue poniendo en mi camino experiencias y aprendizajes que hicieron que volteara a verme. Así fue como llegué a descubrir uno de mis dones que es la lectura de oráculos y hacer de esta herramienta una guía en mi día a día y para los demás. Y seguí buscando y encontré una de mis grandes pasiones, la Danza; si bien desde niña me encantaba bailar nunca le di el seguimiento hasta ya de adulta cuando la danza árabe se convierte en la unión conmigo misma, en el momento en el que el tiempo y espacio se detienen pues solo estamos mi cuerpo y alma expresándose a través de la danza.  Y luego descubro la magia que existen en las ceremonias sagradas y me fascina el amor que veo que se produce en ellas.  Me reconozco como un alma viajera, siendo el viajar un acto para encontrarnos con nosotros mismos; salimos de nuestro entorno y si estamos abiertos tendremos la gran posibilidad de cuestionar todo lo que ya dábamos por hecho. 

Sé que todo ha pasado a su debido tiempo, que todo ha sido y se ha dado de la manera perfecta en la que debe ser. Hoy mi misión es más clara, y sé que no basta solo con lo aprendido, que es importante equilibrarlo con la práctica, la acción y compartirlo.  A través de la Danza he conectado con mi Sagrado Femenino, a través de los viajes me he encontrado y he experimentado un cambio de actitud que ha provocado un viraje en mi vida, y a través de las ceremonias soy yo misma. 

No es casualidad y mi alma se emociona de que sea parte de Casa de Luz. Estamos en un momento en que lo Femenino pase al frente para dirigir el avance hacia la nueva era, hacia alcanzar la totalidad. No significa hacer a un lado el Divino Masculino, sino es una invitación a la igualdad, compañerismo, y en última instancia a la unión de ambos. Como sacerdotisa de la Llama eterna de María Magdalena mi aportación en Casa de Luz es encender esta llama de reconexión femenina en cada uno de nosotros a través de rituales, ceremonias y danza sagrada. Llevarlos a lugares sagrados, a través de los viajes dónde se encuentren o reencuentren con ustedes mismos y su alma. Es un honor y una bendición ser parte de tu evolución.